Estaba escribiendo un post en el blog pero estaba siendo súper impersonal. Este proceso ha sido una montaña rusa de emociones. Ahora mismo estoy llorando y no sé ni por qué, así que me apetece escribir de verdad.
Es verdad que soy muy exigente conmigo misma. Quiero hacer algo fuera de lo común, que sorprenda y si no es algo así me va a parecer una mierda. Y soy muy dura conmigo y cuando veo que no alcanzo lo que quiero me bloqueo. Porque yo soy así, o todo o nada. Y paso de estar trabajando todas las horas del día a de repente olvidarme de todo y no hacer nada porque pienso que nunca llegaré a hacer algo que destaque así que para eso qué más da.
A este punto llegué con este proyecto. Un día entero de crisis mental: “no voy a sacar nada nunca” “todo lo que hago es una mierda” “no valgo para esto” “me he equivocado de carrera”…. Un drama. Un drama muy grande jajajaja. Ahora que lo estoy pensando y rememorando todos esos recuerdos me emociono, pero también me rio un poco de mí misma de cómo puedo llegar hasta esos puntos. ¡TÍA QUE NO SE ACABA EL MUNDO!. Ahora me diría:
“ No te pongas así. Este va a ser un proyecto de miles que hagas. Esta bien que apuntes alto pero no puedes caer si piensas que no llegas a la perfección. Lo importante es aprender con el proceso. Busca una idea que funcione, no hace falta que sea mega original, y desarróllala y sigue adelante.”
En fin, después de este día de mierda las cosas se calmaron. Me dije a mí misma que no podía ser esta obsesión así que me relajé y dejé de pensar tanto en el proyecto, aunque sin dejar de darle vueltas de vez en cuando.
El jueves después de las vacaciones obviamente no tenía nada. Sólo un montón de ideas tiradas a la basura y me daba vergüenza presentarme ahí sin nada cuando mis compañeros estarían mucho más avanzados que yo. Sin embargo, este finde he empezado a ver la luz de este túnel que se estaba haciendo tan largo (joe me emociono otra vez). He tenido una idea que me ha parecido bien, que encaja y que tiene sentido.
Pero bueno, con el cacao mental que tenía en la cabeza después de todo fui a hablarlo con mi tío que es arquitecto para que me diera su punto de vista. Él fue quien me hizo cambiar la perspectiva de todo este proceso. Me dijo que él no me iba a solucionar nada del proyecto, que eso lo tenía que hacer yo y buscar yo misma mis soluciones, sean buenas o malas y así aprender. Pero sí que me dijo que mi idea era buena y que pasara ya de página. “Clara el concepto ya lo tienes, tienes que parar ya con eso porque sino se te puede hacer infinito. Olvídate de todo lo demás y céntrate en lo que tienes.” Después vino una charla motivadora sobre la carrera, el futuro, la vida, etc, que se la agradezco profundamente.
Este proyecto se ha convertido prácticamente en el protagonista de mi vida ahora mismo, pero ahora de forma sana. Tengo ganas de avanzar y ver cómo acabará. Espero hacer un buen trabajo.